“Un cuento de Navidad para el Maravilloso Pueblo de San Diego”
“Un cuento de Navidad para el Maravilloso
Pueblo de San Diego”
En
un lejano pueblo llamado San Diego al este de valencia en Venezuela y al sur de
América.
Un
día se encendieron muchas luces de todos los colores.
Dos
angelitos que corrían sobre las nubes. Uno de ellos tuvo curiosidad del porque
habían tantas luces y se asomo por un agujero con vista a la tierra y en una
oportunidad se asomo tanto que cayó por un túnel y el otro angelito al ver lo
que pasaba a su amiguito hizo lo mismo y también cayó por el túnel el cual
estaba rodeado de estrellas brillantes y de ¡Pronto! Estaban colgando de un
árbol y el angel piel canela llamado Tobi le pregunta al otro angelito llamado
Daniel con su pelo que era como un sol amarillo:
-
¿Qué ocurre?
-
No se- le responde Daniel, pero hay muchos niños
-
Tobi sorprendido le contesta – Oye nos parecemos a ellos y
nuestros alas se esfumaron ¿Y ahora que?
-
Esto es tan bello como nuestra casa en el cielo – seguido, Daniel
le propone a Tobi bajar hacia el pueblo a lo que Tobi contesta
-
¡Tas loco! ¿Y si nos ven?
-
Acuerdate que la magia dice que si queremos desaparecemos, eso lo
dice el cuento sagrado.
-
Tobi reticente le contesta - ¡Bajemos! – Y al estar en el piso
comenzaron a caminar entre la multitud alegre y festiva.
-
Daniel exclama - ¡Oye aquí todos son felices, ríen y sonríen y se
les ponen las mejillas de colores.
-
Si Daniel, es como en el cielo. En eso los traviesos angelitos ven
algo que se aproxima como un gusano rodante entre la multitud color naranja
bien largo donde todos los niños montaban con algarabía. El gusano rodante
color naranja se detiene ante Tobi y Daniel sonando sus campanas y ellos se
montan y comienzan a cantar una melodía que decía:
La
emoción les hace palpitar más su corazón porque ellos tenían un corazón también
y el entusiasmo era más bello.
Y como ellos habían recibido clases
celestiales de la fauna de la tierra en el cielo se comenzó a ver las figuras
de luz encendidas. De inmediato Daniel grita:
-
Mira ese es un venado, aquel es un pelícano, esa grandota es una
jirafa, aquel es un rinoceronte – y así veían las cientos de figuras de
animales que adornaban el parque de navidad.
-
Tobi expectante le dice a Daniel – mira como ese árbol y aquel
otro – cada vez más admirados por lo que veían
-
Daniel exclama - ¡Dios, es Navidad!
Maravillados
por tanta magia, comenzaron a corretear por todo el parque iluminado, llenos de
felicidad y de prontp ¡TAZ! Un guardián estaba al frente de ellos y les corta
el paso seguido de una pregunta ¿Ustedes andan solos? Ellos sorprendidos se
miraron entre sí. Pensaban que no se veían, pero el guardián los vio. Ya eran
casi las doce de la noche y ya no podían desaparecer, el guardián ya los había
visto porque ya eran niños reales y les dice tomándolos de las manos:
¡Acompáñenme! Y ellos obedientes lo siguieron hasta la oficina del guarda
parque.
Enrique
el guardián le dice a su asistente que cuide de los niños, pero ella no los
veía y pensó que era una broma de su jefe, lo que sí es cierto es que algunos
sí podían verlos pero otros no. Ellos al ver que ella no los podía ver,
abrieron la puerta y salieron de nuevo al parque, se encontraron al enano
Mosias que les invito a jugar con unas pelotas y de pronto en el juego Tobi ve
a un mago, Marcel el animador dice, “Veánlo es el mejor mago del mundo y
pedimos que vengan dos niños más a jugar magia, aquí sobre la tarima! Y como
siempre Tobi de salido, agarro la mano a Daniel y de súbito corrieron hacia la
tarima gritando: ¡YO, YO! Seguidamente suben y el animador les pregunta sus
respectivos nombres a lo que ellos contestan: Tobi y Daniel. El animador les
hace rápidamente otra pregunta.
-
¿Viven aquí en el pueblo?
-
No, en el cielo –
-
Que chistosos – comenta el animador
Aparece el mago, dirige una vista al público
que era numeroso.
-
Un fuerte aplauso para nuestro amigo Marcel y para nuestros
amiguitos Tobi y Daniel. Bueno nuestro primer acto será, aparecer un pastel.
-
¡MMM¡ - dice Daniel al aparecer un pastel sobre unas mesitas, los
dos movieron sus orejas y ¡TAZZ! Los pastelitos vinieron a ellos y ¡YUMM! Se
los comieron. El mago sorprendido propone otro acto de magia.
-
Voy a levitarlos para que vean todos los niños que todo es posible
en esta noche de navidad – los toca con su varita mágica y ¡TUSS! Le salieron
alas a Tobi y a Daniel y volaron como por arte de magia, por todo el parque y
así se dirigieron al inmeson árbol de navidad que está a la entrada del parque,
ósea en el portal.
¿Saben
que paso? Llegaron a la cima del árbol y tocaron la estrella los dos juntos y
en ese momento se desprendieron del cielo varios rayos de diferentes colores
que salían de las estrellas mayores de el universo, cayendo sobre la estrella y
así anuncuando la navidad, se hizo un camino escarchado de el cielo, hasta el
árbol. Todos miraron gozosos, porque venía un inmenso trineo de Santa Claus con
sus renos y miles de regalos. Se detienen exactamente al lado de el árbol de
navidad y grito: ¡Feliz Navidad! Y los renos se movían como si estuvieran marchando,
Santa Claus invito a subir al trineo a Tobi y a Daniel, porque ellos eran
angeles y los tenían que llevar a su casa de nuevo, pero esa noche serían sus
ayudantes, Santa Claus levantando la mano y los angelitos también, comienzan a
gritar con todo su aire:
“FELIZ
NAVIDAD, FELIZ AÑO NUEVO, VIVA LA NAVIDAD”
Diciendo:
¡SIIII!, partiendo enseguida y volando sobre todo el parque dejando escarcha y
muchos regalos para todos los niños y dijo una vez más: ¡FELIZ NAVIDAD!.
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